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Un día cualquiera, en la mañana, se acerca un estudiante a la decanatura de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín. Lo recibe una cara amable y expectante.

—Nancy, buenos días, usted sabe dónde queda el salón 110, pregunta el muchacho.

—Sí, claro ¿A quién busca?, replica Nancy, previendo cómo se va a desarrollar la corta conversación.

—Al profesor.

— ¿Y quién es el profesor, tiene clase con él?

 

  • Nancy Arenas Castañeda es secretaria en la U.N. Sede Medellín desde 1991.

    Nancy Arenas Castañeda es secretaria en la U.N. Sede Medellín desde 1991.

  • Hace su trabajo siempre con el mismo amor del primer día.   3.	En varias oportunidades la Universidad ha reconocido la excelencia de Nancy en su quehacer. Foto cortesía.

    Hace su trabajo siempre con el mismo amor del primer día. 3. En varias oportunidades la Universidad ha reconocido la excelencia de Nancy en su quehacer. Foto cortesía.

  • Desde el 1 de julio de 2001, hace 18 años, es la secretaria de la decanatura de la Facultad de Minas.

    Desde el 1 de julio de 2001, hace 18 años, es la secretaria de la decanatura de la Facultad de Minas.

  • Nancy sabe querer con autoridad, por eso, en sus años en la Universidad, ha sido más mamá que secretaria.

    Nancy sabe querer con autoridad, por eso, en sus años en la Universidad, ha sido más mamá que secretaria.

  • En varias oportunidades la Universidad ha reconocido la excelencia de Nancy en su quehacer. Foto cortesía.

    En varias oportunidades la Universidad ha reconocido la excelencia de Nancy en su quehacer. Foto cortesía.

  • En 28 años en la U.N. ha sabido hacerse querer.

    En 28 años en la U.N. ha sabido hacerse querer.

    El muchacho se queda en blanco; tal vez tantas preguntas, tal vez el ánimo confuso de los primeros días del semestre, tal vez no prestó atención al nombre y simplemente se le olvidó, entonces viene el sermón, un regaño firme, pero con cariño: “A ver, mijo, usted ya no está en el colegio, está en la Universidad y así se tiene que comportar; tiene que prestar más atención porque si no, se lo llevó el tren”, proclama Nancy. El joven sonríe, le da la razón y recibe entre apenado y agradecido la información que pidió inicialmente.

    Esta es una escena que, con diferente interlocutor, muchas veces incluso profesores, y alrededor de situaciones también distintas, puede suceder un par de veces a lo largo del día en la oficina de la decanatura de la Facultad de Minas. Nancy Arenas Castañeda es quien profiere las reprimendas; esa manera de ser, dice, la hace “más mamá que secretaria”.

    Llegó a la U.N. el 16 de abril de 1991, “voy a cumplir 28 años”, comenta con orgullo. Y es imposible que no se sienta satisfecha pues tuvo que competir con unas sesenta rivales para hacerse a su puesto en la Universidad. “Yo estudié Secretariado General en el SENA y ya llevaba cuatro años trabajando en empresa privada cuando me llamaron (de la bolsa de empleos del SENA) a decirme que si me quería presentar a una convocatoria en la Universidad Nacional de Colombia”.

    Su respuesta, aunque no conocía la Universidad, fue determinante: “claro que sí”. Presentó una prueba escrita de conocimientos generales y específicos y una entrevista; el martes 16 de abril de 1991 empezó como secretaria del área de Transporte, pero allí estuvo menos de un año; fue trasladada a la Oficina de Comunicaciones, donde, bajo la jefatura de la periodista Maritza de la Hoz, asegura que se dio a conocer en “toda la Universidad”, pues le fue delegada la responsabilidad de hacer cuanto remplazo surgiera en otras dependencias.

    “Trabajé en Vicerrectoría de Sede, en Dirección Académica, en Presupuesto y en la mayoría de las oficinas administrativas, ahí fue cuando más me di a conocer, pero entonces hubo un concurso de ascenso y me gané el puesto de secretaria del Departamento de Ciencias Forestales, eso fue más o menos en 1993”, recuerda. Ahí estuvo ocho años, hasta el 2001, y nuevamente mediante concurso se hizo al lugar que ha ocupado con el mismo amor desde su primer día en la Universidad hasta el sol de hoy: el de secretaria de la decanatura de la Facultad de Minas.

    “En el Departamento de Ciencias Forestales me hice como secretaria, a mí los estudiantes más de una vez me llegaron a dar las gracias en sus tesis y cuando cumplía años siempre me felicitaban y me hacían mi agasajo. Esa experiencia fue muy grata para mí y siempre me sentí muy querida”, rememora, aunque no con nostalgia porque su pasado y presente son bastante similares, en Minas también le profesan una devoción casi maternal, es más, algunos profesores le dicen con gracia que ella es parte del patrimonio de la Facultad.

    “Acá llevo ocho decanos”, afirma refiriéndose a la decanatura de la Facultad de Minas. Con todos ha trabajado a las mil maravillas, ella asegura que su relación siempre en los mejores términos con sus superiores se debe a algo que entendió desde el 16 de abril de 1991: “yo amo tanto la Universidad que trabajo es para ella y, por eso, les he rendido a todos mis jefes”.

    Nancy es especialista en componer “chicharrones”, es más, entre el personal administrativo de la Universidad se ha vuelto famosa una frase: “lo que no solucione Nancy Arenas, es porque no tiene solución”. Eso, admite ella, tiene que ver con que “yo mantengo la camiseta bien puesta”.

    Por su compromiso con la Universidad ha recibido cuatro medallas honoríficas y el reconocimiento de Sede a su labor: la Medalla Alejandro López. Honores que la llenan de satisfacción. Sin embargo, para ella la mayor distinción es haber sacado adelante a su hijo Marcos Julián. A Nancy se le insufla el corazón cuando dice que Marcos es ingeniero geólogo con maestría en Recursos Minerales de la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín.

    De ahí el tamaño del cariño que le profesa a la Institución; tan grande es ese amor que dice a manera de chiste que cuando se gane la lotería va a comprar “esta finca”, refiriéndose a la Universidad, y que cuando se jubile se va a sacar un cuarto en el Hogar Geronto Geriátrico San Camilo, vecino de la Facultad de Minas, para vigilarlos a todos.

    En Ciencias Forestales, de cariño, le decían la directora del Departamento; en la Facultad de Minas, con el mismo afecto, la llaman, jocosamente, la decana. Y es que Nancy es una mujer particular: es organizada, metódica, eficiente, tiene un temperamento fuerte, muchos dirían que es brava y tal vez sí, es excesivamente sincera y al mismo tiempo respetuosa, comprensiva, diligente y delicada en el trato con los otros; dueña, como pocos, de un carisma escaso: la capacidad de hacerse querer a donde quiera que llega.

    (FIN/CST)

    8 de marzo del 2019