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Cuando los rumores de la Guerra Fría llegaban a las montañas antioqueñas lo hacían a través de la onda corta. Radio Nederlan, Radio Vaticano, la Voz de América, traían en diferentes idiomas las noticias del mundo. A principios de los años 70, a unos 90 kilómetros de Medellín, en el municipio de Concordia, Antioquia, una familia, los Montoya Santamaría, se reunía entorno a esa caja mágica que contaba historias: un viejo telefunken de tubos.

  • La Exposición de Radios engalanará el Centro de Memoria Histórica hasta finales de 2015.

    La Exposición de Radios engalanará el Centro de Memoria Histórica hasta finales de 2015.

  • Jorge William Montoya, docente de la Facultad de Ciencias Humanas y Económicas.

    Jorge William Montoya, docente de la Facultad de Ciencias Humanas y Económicas.

  • De tubos, de transistor, transoceánicos, actuales, de los años 30, 50, 60, de la era atómica, publicitarios, novedosos, de diseñador, así son los radios que componen la muestra.

    De tubos, de transistor, transoceánicos, actuales, de los años 30, 50, 60, de la era atómica, publicitarios, novedosos, de diseñador, así son los radios que componen la muestra.

  • La exposición se enmarca en la conmemoración de los 40 años de la Facultad de Ciencias Humanas y Económicas de la U.N. Sede Medellín.

    La exposición se enmarca en la conmemoración de los 40 años de la Facultad de Ciencias Humanas y Económicas de la U.N. Sede Medellín.

    Jorge William Montoya era uno de esos pequeños de la época encantados por el hechizo de la radio, entonces no pasaba por su cabeza la idea de poseer alguno de aquellos aparatos. Hoy, sin embargo, tiene más de 300, muchos de ellos configuran la Exposición de Radios, organizada por el Grupo de Investigación en Pensamiento Contemporáneo de la Facultad de Ciencias Humanas y Económicas de la U.N. Sede Medellín, que Montoya coordina.

    De tubos, de transistor, transoceánicos, actuales, de los años 30, 50, 60, de la era atómica, publicitarios, novedosos, de diseñador, verdes, azules, amarillos, cromados, alemanes, soviéticos, japoneses…, los radios son los protagonistas.

     “Los receptores radiofónicos hacen parte de la historia en todos los campos, son muy importantes porque han atravesado la cultura desde diversos ámbitos y han acompañado a la humanidad durante mucho tiempo, no obstante, con el auge de las nuevas tecnologías han ido quedando relegados”, comenta Montoya. De ahí su interés por recuperar estos objetos que considera sumamente valiosos y a los cuales les rinde un homenaje con la muestra.

    Además del asombro de la voz sin rostros que llega a través de un objeto y que suscita intimidad, que despierta miedo, pasión, intriga, que reconforta o que instiga, para el profesor Jorge William Montoya la pasión por la radio está en los radios, esos artefactos de lujo que una vez contaron la historia y que hoy constituyen los vestigios de la misma.

    “Hay una cosa interesante y es que los radios configuran como un tipo de especies, se pude hacer con ellos algo así como una clasificación zoológica, una taxonomía a partir del país, de la época, del diseño… en fin”, dice el coleccionista mientras contempla sus tesoros, la mayoría de los cuales siguen estando listos para trasmitir su impecable señal radiofónica.

    Parados en estanterías, repisas y vitrinas unos y otros se hacen compañía, atrás quedaron las épocas en las que entonaban las canciones del momento, repetían las noticias del día, narraban emocionantes radionovelas y ofrecían reportes de sintonía. Atrás quedaron los días de radio pues ahora, muchos de ellos invaluables, viven como artilugios de colección.

    Pese al avance tecnológico no hay manera de que esas cajas mágicas que tienen el encanto de una voz atrapada en su sistema, dejen de fabricarse. En unos años, los de hoy serán los artículos de caza que los coleccionistas, conscientes de su valor, perseguirán como Montoya en subastas, anticuarias, Internet, ferias de San Alejo, mercados de pulgas y allí donde sea posible rescatar radios en vía de extinción.

    Por lo pronto, la Exposición de Radios engalanará el Centro de Memoria Histórica justo hasta que el año 2015 sea también parte de la historia.

    26 de octubre del 2015