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María Cristina Pérez Pérez no quiere separarse de la vida, ni de la historia. No quiere separarse de las narraciones que hacen alusión a la Virgen de la Inmaculada Concepción y tampoco de la estampita del Padre Marianito que carga en su billetera. Está ligada a las imágenes y a las letras.

  • María Cristina Pérez Pérez es historiadora de la Facultad de Ciencias Humanas y Económicas de la U.N. Sede Medellín. Foto cortesía.

    María Cristina Pérez Pérez es historiadora de la Facultad de Ciencias Humanas y Económicas de la U.N. Sede Medellín. Foto cortesía.

  • Desde niña vivió rodeada de prácticas religiosas. Foto cortesía.

    Desde niña vivió rodeada de prácticas religiosas. Foto cortesía.

  • Cristina es doctora en Historia y docente de la Universidad de los Andes.

    Cristina es doctora en Historia y docente de la Universidad de los Andes.

  • De su tesis doctoral quedó el libro Circulación y apropiación de imágenes religiosas en el Nuevo Reino de Granada, siglos XVI y XVII. Fotografía tomada de: http://libreriasiglo.com

    De su tesis doctoral quedó el libro Circulación y apropiación de imágenes religiosas en el Nuevo Reino de Granada, siglos XVI y XVII. Fotografía tomada de: http://libreriasiglo.com

  • Cristina es egresada del pregrado en Historia que este año celebra sus 40 años de creación.

    Cristina es egresada del pregrado en Historia que este año celebra sus 40 años de creación.

    Cuando tenía 7 años y no pensaba que estudiaría historia, se despertaba a las seis de la mañana a repasar las notas de la escuela, “porque en ayunas y temprano se aprende más, decía su madre”. Para ese entonces, con tres hermanos, un perro y un futuro incierto, se paseaba con tranquilidad por las calles de Yarumal Antioquia.

    Nació en un año difícil para el país. El año en que fue atacado a sangre y fuego el Palacio de Justicia y cuando el cráter Arenas del volcán Nevado del Ruiz, hizo erupción y borró a Armero del mapa. Era el año 1985 y cada instante quedó congelado en la historia de María Cristina: el frío clima de Yarumal, la ansiosa espera de sus padres por su única hija mujer, el cuadro del corazón de Jesús que colgaba en la sala de su casa el día de su llegada y hasta la publicación del libro El Amor en los Tiempos del Cólera del nobel de literatura Gabriel García Márquez. Todo esto, el mismo año de su nacimiento.

    De todos esos acontecimientos, el único que sigue siendo eternamente actual en su vida, es el cuadro del corazón de Jesús que todavía ocupa un espacio de su casa.

    Un encuentro con la historia

    Después de Yarumal, sus padres se trasladaron a Santa Rosa de Osos y luego a Donmatías. Allí terminó sus estudios secundarios. No soñaba con ser historiadora. Quería estudiar Comunicación o Trabajo Social. Se presentó a la Universidad Nacional y a la Universidad de Antioquia y pasó a Historia a la U.N. Era el año 2002. Inició sus estudios en el 2003.

    “Ser historiadora para mí lo es todo, fue lo que elegí hacer en la vida. Es poder investigar, poder crear conocimiento. En esta carrera te das cuenta que la historia no es como la hemos concebido, porque la historia no se resume en el pasado”, cuenta.

    La historia no era una carrera sencilla para María Cristina, pero estudiarla en la Universidad Nacional de Colombia le dio la oportunidad de indagar sobre cosas que nunca había hecho. Fue en las aulas de la U.N. donde empezó a apasionarse por la investigación.  

    En los últimos años de su carrera supo que quería dedicarse a la investigación. Y como si un encuentro con la Virgen de la Inmaculada Concepción se le estuviese reservado, un día, cuando aún no había definido su trabajo de grado, asistió a un seminario dictado por el profesor Yobenj Aucardo Chicangana. Allí se mostraban diferentes posibilidades de trabajar con imágenes religiosas. “Una compañera y yo debíamos elegir en ese curso un tipo de iconografía particular de una imagen y elegimos la Inmaculada Concepción de la Virgen”, recuerda María Cristina.

    Y agrega: “consulté mucho sobre esta imagen, sobre su iconografía y sobre el significado para el catolicismo. Esta imagen es muy especial para mí porque fue el inicio de mi investigación y mi acercamiento a lo que posteriormente fue mi tesis de pregrado y doctorado”, señala.

    Disciplina y pasión: pasar de un pregrado a un doctorado

    A sus 23 años María Cistina se destacaba por ser una joven investigadora. Se presentó a Chile a una maestría pero salió becada el primer año en la Universidad de los Andes para hacer un doctorado. Al siguiente año pasó a la beca de Colciencias de doctorados nacionales. Se fue a vivir a Bogotá.

    En los Andes durante el primer semestre, vio materias de maestría para nivelarse, luego pasó al segundo junto con sus compañeros de doctorado. “En Bogotá crecí académicamente y como persona. Pero la U.N. siempre va a ser mi hogar. Allí adquirí todas las bases y las herramientas fundamentales que me permitieron llegar a donde estoy hoy, dice María Cristina mientras recuerda que en sus clases de doctorado se encontró con discusiones que ya había tenido anteriormente en la Universidad Nacional de Colombia.

    De su tesis doctoral quedó el libro Circulación y apropiación de imágenes religiosas en el Nuevo Reino de Granada, siglos XVI y XVII. El libro permite entender prácticas cotidianas del catolicismo como fiestas religiosas, milagros otorgados a las imágenes y la circulación de obras en esa época. Información escasa en la documentación histórica de Antioquia.

    “Sin duda, el objeto de investigación tiene que ver con uno”, dice la historiadora mientras rememora los tiempos en que iba con su abuela a Santa Rosa de Osos a prender velas en el altar de la Virgen de las Misericordias. En cada habitación de su casa colgaba una imagen de la Virgen del Carmen porque su padre era devoto y en la cocina siempre estuvo la imagen de San Judas Tadeo porque su madre consideraba que ayudaba en las dificultades. Desde niña vivió rodeada de prácticas religiosas.

    A sus 33 años es docente en la Universidad de los Andes y comparte sus conocimientos con los estudiantes y con su familia. Cree que la pasión y la disciplina le permitieron enfrentar uno de los retos más grande: empezar un doctorado cuando aún era muy joven.

    “En la U.N. me construí como la investigadora que soy. Cuando estuve lejos de mi casa valoré mucho lo que había aprendido de mi familia y de mi universidad. Más allá de todos los libros que leí y de las cosas que aprendí, crecí como persona. Si tuviera que elegir una carrera, volvería a elegir historia y volvería a estudiar en la U.N.”, concluye.

    (FIN/RPR)

    16 de noviembre del 2018