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Imagine una primera clase de Diseño Sismoresistente donde en lugar de hablar de escala, simetría, altura, concentración de masas, densidad torsión y otros conceptos afines, el profesor haga un truco de magia. Es cierto, tal cosa no sucede habitualmente, sin embargo en las clases John Jairo Blandón Valencia, esto es más que posible.

  • John Jairo Blandón Valencia, docente de la Facultad de Minas de la U.N. Sede Medellín.

    John Jairo Blandón Valencia, docente de la Facultad de Minas de la U.N. Sede Medellín.

  • La magia, la música y la ingeniería le imprimen sabor, pasión y color a la vida de John Jairo Blandón.

    La magia, la música y la ingeniería le imprimen sabor, pasión y color a la vida de John Jairo Blandón.

  • En la ingeniería sus áreas de trabajo son concreto estructural, concreto prefabricado, dinámica de estructuras e ingeniería sísmica.

    En la ingeniería sus áreas de trabajo son concreto estructural, concreto prefabricado, dinámica de estructuras e ingeniería sísmica.

  • El profesor Blandón Valencia tiene un amplio gusto musical, aunque prefiere la salsa, el rock clásico y alternativo, y el jazz.

    El profesor Blandón Valencia tiene un amplio gusto musical, aunque prefiere la salsa, el rock clásico y alternativo, y el jazz.

     

    “A esa materia los muchachos llegan con muchos conocimientos por separado y yo debo tratar de unirlos, entonces rompo un papel y les digo: ‘así es como llegan ustedes a la clase, con muchas cosas por separado’; y luego hago un efecto y aparece el papel intacto y les explico que con la clase lo que intento es unificar todo el conocimiento que tienen disperso”, cuanta el profe y, además, asegura que el truco les ayuda a los estudiantes a relajarse y a entrar en confianza.

    Y bien, ¿quién es el hombre que sabe capturar de esa manera el interés de los jóvenes? El ingeniero civil John Jairo Blandón Valencia es profesor de la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín desde el 2006, cuando tras regresar de sus estudios de maestría y doctorado en México se ganó un puesto en la Institución gracias a un concurso profesoral. Es músico, aprendiz de mago y un convencido de que hay que vivir con pasión.

    Aunque desde su época de colegial en Medellín se interesó por la música, fue en su estancia México donde esta pasión se le enquistó en las venas.

    “Estando en el doctorado me entró un arrebato de aprender el saxofón y fui a una tienda y me compré el instrumento. Me metí en una academia y empecé a hacer primeros pinos en el Instituto de Ingeniería con un grupo de aficionados a la música con quienes me reunía a tocar. Cuando regresé a Colombia me inscribí formalmente en una academia y desde ahí estoy con la música”, comenta. De hecho, hace poco perteneció a una big band, pero por cuestiones de tiempo tuvo que dejarla y ahora toca para él y libremente con sus primos.

    En su juventud quiso aprender a tocar el piano pero confiesa que el sonido del saxofón lo enamoró por su melodía y expresión romántica, pero también su vinculación con el jazz y jazz latino, música que disfruta sobre manera igual que la salsa y el rock clásico. A propósito, para John-cito, su nombre de mago, la música es como una ventana que lo transporta a parajes tranquilos y placenteros.

    “Yo la tomo como una forma de relajarme dentro de mi quehacer de estudio y otras actividades. La música es un arte que me permite relajarme, y aunque también es cuadriculada como la ingeniería me da mucha satisfacción; el saxofón lo disfruto mucho”, admite.

    A la magia, en cambio, llegó hace pocos años y gracias a su esposa y su suegro, los magos Kania y Gaferlo, socios fundadores del Círculo Mágico de Medellín. Empezó como asistente de Kania y cuando en sus shows la maga decía que venía con su asistente, John-cito, el público rompía en carcajadas cuando la figura de un hombre hecho y derecho salía a escena, pues esperaban un niño.

    “Si bien me inicié como asistente, una vez empecé a descubrir la naturaleza de los efectos y que aquello tiene mucho que ver con ingeniería y matemáticas, me interesé más”, dice y asegura que el área que más le gustaría desarrollar es la infantil porque valora la interacción con los más chicos. “Los niños y adolescentes son un público un poco más difícil pero también son más expresivos, más libres en sus comentarios y están abiertos a la capacidad de asombro”.

    En la vida de John Jairo Blandón la música, la magia y la ingeniería, tres hilos que parecen independientes, se unen y forman un tejido completo.

    “Yo nunca pensé ser profesor porque era muy nervioso para hablar frente a público pero la música y la magia me han ayudado con ese tema: como disponerme en un escenario, abordar las preguntas y mantener la calma”, dice, aunque se sabe un hombre calmado y tranquilo por naturaleza. La rigurosidad es el producto de esa combinación de factores en su vida.

    John Jairo Blandón Valencia quiso ser arquitecto, sin embargo el azar le puso la Ingeniería Civil en la vía, como le ha puesto otras cosas, y asegura que no cambiaría la ruta que hasta hoy ha recorrido ni aunque pudiera. “Yo creo que la vida siempre me ha mostrado el camino y yo he sabido aprovecharlo como debe ser, sin arrepentimientos y he sido muy afortunado”, concluye el ingeniero, el mago, el músico.

    (FIN/CST)

    16 de marzo del 2018