Medio: El Colombiano
Fecha: 9 de agosto de 2019
Quien conviva con un niño, uno menor de siete años, sabe que la curiosidad en ellos crece como un magma feroz. Todo es objeto de su escrutinio: la luz, la oscuridad, la aritmética más sencilla, la pronunciación de las letras, el movimiento de los juguetes, el viaje del sonido por el aire. Los temas son infinitos y son el inicio de una etapa en la que el mundo se ve de manera crítica, indispensable para alentar el espíritu investigativo, pues es allí cuando los niños necesitan saber el porqué de las cosas.